¿Transportin si o no?

Publicado de Paramascotas en Educación Canina · 28 Agosto 2020
Hoy queremos hablaros sobre los transportines, un instrumento que suele generar bastantes dudas a la hora de utilizarlo.

 
Nos hemos encontrado en muchas ocasiones con tutores que se asustan cuando les nombramos esa palabra “maldita” y nos han devuelto miradas de: “horror, quiere encerrar a mi perro”. Pero lo cierto es… ¡que nada más lejos de la realidad!

 
¿Vuestro peludo nunca se ha escondido debajo de la mesa o de una silla? ¿O ha buscado el rinconcito más pequeño de la casa? A los perros les encantan las guaridas donde se sienten a refugio, bien resguardados del exterior y confortables. Y es por ello que el transportín no debe ser más que una herramienta que nos permita crear esa guarida, ese espacio personal a nuestro perro donde:

 
      • Se siente seguro
      • Esta relajado
      • Nadie le molesta
      • Descansa tranquilo
     

 
Pero, como todo, es una herramienta que hay que saber usar: no podemos meter a nuestro amigo a la fuerza o emplearla como método para que “no moleste”. Si lo que queremos es que el transportín sea su refugio, no podemos hacer que ya de primeras sea un lugar que lo disguste y hacia el que sienta desagrado, sino que tenemos que tener paciencia y trabajar para que el perro lo sienta como un lugar de confianza para él en el que sentirse tranquilo y a resguardo.

 
Además, desde Paramascotas usamos el transportín como herramienta de enseñanza desde cachorros.

 
Positivizarlo desde los primeros meses de vida es muy útil para educar a nuestro cachorro, para, por ejemplo, enseñarle los hábitos de higiene, y, además, al tener a nuestro perro habituado al transportín desde pequeño, hace que pueda acompañarnos en cualquier viaje sin sufrir. Todos nuestros perros tienen transportines que pueden usar en cualquier momento y en los que viajan sin ningún problema, relajados y confiados.

 
Así que desde Paramascotas os recomendamos que hagáis un buen uso de esta herramienta y que trabajéis con vuestros amigos desde pequeños, desterrando por fin la idea de que con él “enjaulamos al perro”.

 
Y es que, como ya os comentamos, no es la herramienta sino el uso que hacemos  de ella lo que puede ser dañino para nuestro amigo, por lo que, siempre que tengamos claro que un transportín no es un lugar donde tener al perro encerrado para nuestra comodidad ni un rincón al que forzarle a entrar quiera o no, seguro que os ayudará con su educación y les estaréis ofreciendo un sitio de confort donde se encontrará querido y seguro.
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